Cuando se piensa en cómo el hombre se ha ido desarrollando con el pasar del tiempo, vemos que día a día los procesos que le permiten ese avance se presentan de manera más veloces y apresurados. Es así como, el tiempo que utilizó para dar un paso se reduce para dar el siguiente y vuelve a reducirse cada vez que se da uno más. Este comportamiento se ve claramente reflejado en el cambio tecnológico; si se analiza cuál es la característica principal en las áreas como microelectrónica, telecomunicaciones, computación, informática, la constante es el acelerado cambio no sólo con la creación de nuevos productos y servicios, sino que los mismos procesos han evolucionado para dar respuesta a la velocidad con que se presenta la transformación. A la respuesta que ha dado el ser humano para mantener vigente y permanente sus procesos a través de la transformación se le ha dado el nombre de “MODERNIZACIÓN”.
Si se identifica la definición de modernización que presenta el diccionario se encuentra lo siguiente: “hacer que alguien o algo pase a ser moderno” o “Adaptar o cambiar una cosa antigua o anticuada dándole características de lo que se considera moderno o actual” (RAE), siendo apalancada la
modernización en las últimas décadas por la aplicación de los computadores, la informática y las telecomunicaciones; sin poderse concebir fácilmente una organización que no cuente con procesos computarizados y sistematizados. El resultado de la revolución tecnológica se puede reflejar en la afirmación del economista norteamericano Lester Thurow: “en el Siglo XXI habrá productos de elevada y de baja tecnología, pero la mayoría de los productos y los servicios serán elaborados con procesos de elevada tecnología”. Lo que lleva a pensar que las herramientas que se utilizan para evolucionar a la vez tienen también que pasar por los procesos de transformación y modernización.
Al profundizar en lo enunciado con anterioridad, no se puede dejar de pensar que algo importante para tener en cuenta es que el cambio constante se ha vuelto fundamental en la arquitectura de los negociossiendo elementos fundamentales la rapidez, la diversidad y el impacto del cambio. Si las condiciones empresariales se han modificado para cambiar y modernizarse a altas velocidades, los sistemas heredados pueden ser un obstáculo al ser inflexibles y afectar la capacidad de evolución del negocio, y cuando las aplicaciones se ejecutan en una infraestructura heredada, pueden ser propensas a interrupciones, problemas de capacidad y demandas altas de mantenimiento.
Para superar este tipo de inconvenientes, existen las opciones de optimización de los procesos y aplicaciones de TI con tres opciones:
Rehacer la aplicación. Un nuevo sistema de información donde se vuelva a desarrollar la lógica requerida por el negocio. Casi nunca concluyen el proceso dificultando de esta manera su desarrollo.
Productos de mercado. Reemplazar el software legado por uno existente en el mercado que en la mayoría de los casos no cubre las necesidades totales de la organización y se requiere mucha personalización que puede ser muy costoso.
Mantener la lógica ya existente modernizando las interfaces de usuario y/o la infraestructura. Mantiene la lógica, los costos son más bajos y los tiempos de implementación más reducidos.
Con las facilidades que brinda VERASTREAM no se requiere hacer cambios en el código fuente donde reside toda la lógica del negocio, la modernización no exige que la vida empresarial pueda vivirse únicamente en la nube. Las aplicaciones empresariales actuales (en la nube o no) que aprovechan la orquestación de procesos y servicios, pueden coordinar las entradas y salidas de los servicios y el software, independientemente de dónde se ejecuten. Los sistemas heredados que no pueden sustituirse fácilmente no tienen por qué quedar al margen: las aplicaciones empresariales modernas basadas en procesos también pueden interactuar con ellos.
Cuando se piensa en modernizar no se debe asumir una posición radical donde se moderniza todo o nada. Con Verastream se puede abordar cada aplicación de manera individual identificando en qué plataforma se está ejecutando, qué procesos se desean modernizar, cómo se desea la interacción con el usuario final, y de manera incremental se puede ir llevando la aplicación hacia procesos más acordes con lo solicitado y esperado por el mercado que día a día y por los procesos de globalización cada vez exige mayor calidad y rendimiento.
Verastream es una plataforma muy potente de integración que pone en funcionamiento los activos de mainframe de maneras innovadoras: como aplicaciones móviles, web o como servicios web de arquitectura orientada a servicios (SOA) para iniciativas internas y en la nube.
Verastream Host Integrator (VHI) utiliza un proceso simple de apuntar y hacer clic para abstraer la funcionalidad de la aplicación host y del mainframe en forma de componente. El entorno de diseño de la solución incluye un conjunto de prácticas herramientas de integración dentro de las cuáles las dos más destacadas son:
La herramienta de diseño. Los desarrolladores utilizan esta herramienta gráfica para encapsular las funciones de la aplicación host y del mainframe, incluidos los elementos de datos y las navegaciones de pantalla, como componentes. Mapea la aplicación host para que los diseñadores puedan decidir un curso de acción.
El constructor web. Genere automáticamente pantallas de terminal para mostrarlas en cualquier dispositivo, o modifique cualquier cantidad de pantallas y asígnelas a formularios personalizados, suprimiendo cualquier información que elija, para crear aplicaciones completamente únicas.
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